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Exposición Virtual

LA EVIDENCIA EN TORNO A LA SÁBANA SANTA

introducción

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La Síndone es un lienzo de lino con un tejido de espina de pez. Su tamaño es de 441 cm de largo y 113 cm de ancho con un tira de 8 cm de la misma tela cosido a lo largo del borde superior.

Sólo en un lado de la tela aparece una imagen de la  parte frontal y dorsal de un hombre muerto,

después de ser crucificado.

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La parte delantera y la traser del lienzo han conservado un tenue imagen de color marrón claro,

cuya intensidad varía en función de la distancia entre el cuerpo y la tela.

Las manchas rojas que se ven en la Síndone, son debido a la sangre.

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Los signos más visibles, a primera vista, son las das tiras interrumpidas de tejido quemado por los numerosos agujeros causados por las gotas de metal fundido que cayeron sobre la tela desde la caja en la que se guardaba la Sábana Santa, doblada, durante el incendio de 1532 en la Sainte Chapelle de Chambéry, en Francia.

 

Las manchas de agua

Las manchas de agua que tiene, se cree que fueron causadas a que en un momento estuvo doblada inregularmente en un taro o recipiente, en el cual había residuos de agua que entraron en contacto con el lienzo, dando como resutlado estas manchas visibles en la Sábana Santa entre el rostro y la nuca, y entre el pecho y las rodillas.

Una antigua tradición identifica esta sábana con el lino que envolvió el cuerpo de Jesús. De hecho, se puede ver la correspondencia entre lo que nos muestra la Sábana Santa y la narración histórica de la Pasión mencionada en los Evangelios.

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Coloca el puntero sobre la imagen para revelar las heridas registradas en la Sábana Santa

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Historia

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La historia de la Sábana Santa tiene muchas referencias primitivas desde el año 33 d.C. entre ellas Los Evangelios, la Historia del Rey de Edesa y otras tantas, que por la antiguedad de las referencias no se pueden comprobar con total seguridad, la relación directa del lienzo que etsas referncias nombran, con el que conocemos con seguridad apartir del 1349.

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Los  documentos históricos fiables sobre la historia de la Sábana Santa  comienzan en 1349, cuando un supuesto "Sudario de Cristo" apareció en Lirey, Francia, en circunstancias misteriosas y no documentadas.

En 1355 su propietario, el caballero francés Geoffrey de Charny, organizó lo que se considera la primera exposición pública en una pequeña iglesia de Lirey.

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Su esposa Jeanne de Vergy era bisnieta de Oton de Roche, que dirigió el saqueo de Constantinopla en 1204.

Inmediatamente, la Sábana Santa comenzó a atraer a multitudes de peregrinos. En 1453, su hija, Margarita de Charny, vendió la Sábana Santa al duque Luis I de Saboya a cambio de dos castillos.

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Cuando el Papa Sixto IV expresó su convicción de que la Sábana Santa era el verdadero lienzo funerario de Jesús, la familia Saboya construyó una capilla para su conservación en Chambéry, Francia, en 1464, donde se guardó en un relicario de plata.

 

En 1532, la Sábana Santa resultó dañada por un incendio en la capilla, cuando una gota de metal fundido del relicario que la contenía cayó a través de todas las capas plegadas, destruyendo parte del tejido. Esto se debe a la presencia de varios agujeros triangulares simétricos en el tejido cuando se expone al calor y a dos líneas oscuras visibles en ambos lados de la imagen.

Fue reparada en 1534 por las clarisas del convento de Chambéry, que cosieron la sábana a un paño de soporte (conocido como "paño de Holanda") y cubrieron los agujeros con veintidós parches.

En 1578, el cardenal Carlo Borromeo decidió hacer una peregrinación a pie para venerarla. Para evitar cruzar los Alpes, la Sábana Santa fue trasladada a Turín (Italia), donde se ha conservado desde entonces, excepto durante el periodo de la Segunda Guerra Mundial, cuando se ocultó en la abadía de Montevergine, cerca de Avellino (Italia).

 

Finalmente, Umberto II de Saboya, el último rey de Italia, depuesto en 1946, murió en 1983 y legó la Sábana Santa al Vaticano. Así terminó el periodo de pertenencia de la Sábana Santa a la Casa de Saboya, que duró más de cinco siglos.

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La historia de la Sábana Santa antes de 1350 es bastante oscura. En los primeros siglos de la era cristiana no hay información segura sobre la existencia de una hoja de enterramiento.

Sin embargo, la historia nos ha dado muchas pistas para reconstruir las posibles etapas de la conservación del sudario.

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A partir del siglo VI, el arte bizantino representó con frecuencia a Jesús con rasgos especiales muy similares a los visibles en la Sábana Santa.

 

El estudio científico de este hallazgo arqueológico comenzó el 25 de mayo de 1898, cuando un fotógrafo aficionado, Secondo Pia, tomó las primeras fotos de la Sábana Santa. Cuando reveló la fotografía, se dio cuenta de que la imagen de la placa no era un negativo, como se esperaba, sino un positivo fotográfico.

 Este asombroso descubrimiento llevó a la conclusión de que la imagen misteriosamente impresa en la Sábana Santa era un negativo fotográfico, descubrimiento que se confirmó en 1931 cuando Giuseppe Enrie, fotógrafo profesional, tomó nuevas fotografías.

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 La primera fotografía de la Sábana Santa cambió el curso de la historia, iniciando un fascinante período de investigación científica. Se puede afirmar que desde entonces no hay probablemente ningún otro objeto que haya tenido una investigación científica y multidisciplinar tan amplia y variada.

En 1988, un controvertido análisis de la tela, realizado con el método del radiocarbono, atribuyó a la sábana una edad medieval, pero la validez del resultado ha sido cuestionada.

Los científicos siguen debatiendo si este método puede utilizarse para datar un objeto con características históricas, físicas y químicas tan singulares.

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En cualquier caso, la presentación lógica y organizada de los resultados científicos obtenidos lleva a la conclusión de que la Sábana Santa refleja con detalle y evidencia el relato evangélico exacto de la Pasión de Cristo. Por lo tanto, es imposible considerar la imagen en sí misma o la información que contiene como una falsificación medieval.

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En el Simposio Científico Internacional, celebrado en Turín del 2 al 5 de marzo de 2000, se afirmó que si se aplican las mismas categorías científicas, utilizadas habitualmente en el estudio de los fenómenos físicos, a la investigación sobre la Sábana Santa, la Ciencia puede afirmar que la Sábana es auténtica.

Los participantes en el simposio concluyeron diciendo: "Los conocimientos actuales nos permiten afirmar con certeza que la imagen del cuerpo no es una pintura, como demuestran los resultados de las investigaciones físico-químicas y los análisis informáticos".

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En todo el mundo (por ejemplo, en Argentina, Australia, Brasil, Canadá, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón, México, España, Estados Unidos) existen numerosos centros de estudio que promueven y coordinan iniciativas, estudios e investigaciones científicas sobre la Sábana Santa.

El 24 de mayo de 1998, el Papa Juan Pablo II, en su discurso ante la Sábana Santa, dijo: " [...] La Sábana Santa es una provocación a la inteligencia. Requiere sobre todo el compromiso del hombre, en particular del investigador, para captar con humildad el profundo mensaje enviado a su razón y a su vida. [...]"

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la fragelación

Sobre la espalda son visibles innumerables lesiones de flagelación y, en la zona lumbar, se nota un flujo transversal de sangre que proviene de la herida del costado, y que ha fluido después de la deposición de la cruz.

 

Las marcas de los golpes con el flagelo cubren todo el cuerpo del crucificado.

«En total he contado más de cien, quizá ciento veinte» (P. Barbet).

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la corona

Sobre la nuca son visibles numerosos coágulos de sangre semejantes a los de la frente. Las espinas, que han causado profundas heridas en la cabeza, han dañado posiblemente algunas partes de la arteria occipital y algunas venas profundas.

La sangre efectivamente es de tipo arterial-venoso.

LOS CLAVOS

Los clavos usados para la crucifixión han penetrado las muñecas en el espacio que hay entre los huesos del carpo, dañando el nervio mediano y provocando, además de un dolor atroz, el ocultamiento del dedo pulgar dentro de la palma de la mano. Esto explica por qué en la impresión de las manos sólo aparecen cuatro dedos.

LA CRUCIFIXIÓN

Las dos posiciones del crucificado sobre la cruz: una “caída” y otra “levantada”, para evitar la muerte inmediata por asfixia.

 

La fractura de las piernas del crucificado provocaba una muerte rápida por asfixia ya que con las piernas fracturadas no le era posible impulsarse para respirar. Las piernas del hombre de la Sábana Santa no fueron fracturadas, como de hecho sucedió con Jesús, pues ya estaba muerto (Jn 19, 33-34).

LA SÁBANA SANTA

La Sábana Santa es un lienzo de lino tejido en forma de espina de pescado que mide 4,36 m. de largo por 1,10 m. de ancho (14 pies, 3 pulgadas por 3 pies, 7 pulgadas) con una franja de 8 cm. del mismo tejido cosida a lo largo del borde superior. (3 pulgadas) del mismo tejido.

 

Un solo lado de la tela está impreso y reproduce la imagen frontal y dorsal de un hombre muerto después de haber sido crucificado.

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